Carlos Ramos González: nuevo académico de número de la ACAPLE
En la noche del jueves 24 de agosto de 2023 se celebró en la sede de la Academia Puertorriqueña de la Lengua Española (ACAPLE) el solemne acto de incorporación como académico de número de D. Carlos Eduardo Ramos González, uno de los más prestigiosos juristas y constitucionalistas de Puerto Rico e Hispanoamérica.
El ahora miembro de la ACAPLE ocupa el sillón e minúscula, que antes perteneció al expresidente del Tribunal Supremo, José Trías Monge. Frente a académicos de número de la institución, familiares y amistades, Ramos González leyó su discurso de ingreso titulado «La libertad de expresión ante los desencuentros del liberalismo y la democracia». El reconocido jurista ha dedicado buena parte de su vida profesional y académica a pensar la historia jurídico-política de la democracia y el peculiar talante de la Constitución de Puerto Rico en el contexto de las complejas y tensas relaciones con la Constitución de los Estados Unidos. Un ejemplo de esto es la tesis doctoral con la que completó el grado de Doctor en Derecho de la Universidad del País Vascotitulada «La libertad de expresión que puede causar daño en el discurso público: la respuesta democrática».
El también profesor de Derecho aprovechó la lectura de su discurso para agradecer la distinción que le otorgaban y para reconocer la responsabilidad que representa asumir el sillón que ocupó Trías Monge.
A la ceremonia asistieron, además, personas destacadas en el ámbito del Derecho en Puerto Rico como el honorable Ángel Colón, juez asociado del Tribunal Supremo de Puerto Rico, el Dr. Julio Fontanet Maldonado, decano de la Escuela de Derecho de la Universidad Interamericana, la licenciada Vivian Neptune, decana de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico, y el licenciado Manuel Quilichini, presidente del Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico.
Gervasio Luis García, historiador y también académico de número de la ACAPLE, tuvo a su cargo la lectura del discurso de respuesta titulado «Ante la ley». «Carlos Ramos González provoca otra visita crítica al terreno siempre retante de la Constitución, la Carta de Derechos y sus sacerdotes. Mirando siempre detrás de las palabras, siempre alerta a los silencios que arropan el colonialismo, el racismo y el machismo perversos», comentó García sobre el texto del recién incorporado miembro de la Academia.
Al iniciar la lectura del discurso de respuesta, García mencionó que «es un honor y una distinción inmerecidos que Carlos Ramos González, el respetado letrado constitucionalista y cagüeño universal, me escogiera para contestar su discurso de incorporación. La Academia Puertorriqueña de la Lengua Española se enriquece con tus credenciales ilustradas y valientes».
Ramos González es catedrático de la Facultad de Derecho de la Universidad Interamericana de Puerto Rico, de la cual fue decano de 1992 a 2000. Es miembro numerario de la Academia Puertorriqueña de Jurisprudencia y Legislación desde 2010. Ha sido abogado de la Corporación de Servicios Legales de Puerto Rico y está admitido al ejercicio de la profesión de abogacía ante el Tribunal Supremo de Puerto Rico (1978), el Tribunal de Distrito de Estados Unidos para el Distrito de Puerto Rico (1978) y a la Corte de Apelaciones de Estados Unidos para el Primer Circuito (1979). De su bagaje académico resalta que obtuvo un bachillerato en Economía (1974) y un grado de Juris Doctor (1978) en la Universidad de Puerto Rico. También que posee un diploma de posgrado en Ciencias Sociales de la Universidad de Estocolmo en Suecia (1975) y una maestría en Derecho de la Universidad de California en Berkeley (1987).
La reciente incorporación formal de Ramos González al cuerpo de académicos de la ACAPLE selló el compromiso que este ha asumido con la institución, evidente en la disponibilidad que ha tenido para liderar, de parte de esta Academia, la monumental revisión del Diccionario panhispánico del español jurídico.
Esa noche concluyó con un vino de honor y con la confraternización en la sede, ubicada en el Cuartel de Ballajá en Viejo San Juan.
Por Gabriela Ortiz Díaz